jueves, 15 de noviembre de 2018

LA DAMA MISTERIOSA


Al atardecer como es de siempre, Guillermo un chico de unos  20 años, que vive con sus padres, en un lugar en medio del campo, en un anexo de la provincia Ascope del distrito de Casa Grande, que toma el nombre de Molinos de Cajanleque. Va por un camino de tierra y se dirige a tomar su movilidad a un pequeño asentamiento humano llamado Mariposa Leiva.
El sol se ocultaba, y los últimos suspiros de la tarde llegaban; es hora del paso a la noche. Estos últimos rayos que se extendían a lo largo del anaranjado horizonte, dejan en el joven, un sentimiento de tristeza, por dejar sus tierras por este corto periodo. Pero también viene a su memoria los anteriores días en donde pudo pasar horas agradables en compañía de sus familiares en la dulce tierra.
Un hosco aire acaricia su bronceado rostro y una sensación de quietud acompaña el morir del día. Ahí precisamente  cuando el sol y el cielo toman un color anaranjado  y caen la sombra dando cabida a la noche. Guillermo  con los zapatos polvorientos de tanto caminar, se desvanece en la oscuridad del campo sin la presencia de luz de luna. Él va silbando una vieja tonada de alguna canción antigua. Silva de rato en rato para sentirse acompañado; ya que el destino que tiene, es largo, y el tropiezo de piedras en la oscuridad ya instalada, es inminente. El  muchacho sintiendo los pies cansados, sintiendo el viento en su cara morena, quemada por el laborioso trabajo de campo. Piensa en su enamorada, piensa en una bella joven, que dejó  en Casa Grande. Recuerda en ella la dulzura de su rostro y le viene a la memoria. El fin de semana pasado, donde estuvo en enemistad, y que ahora va decidido esta vez a arreglarlo todo con ella; ya que de nuevo volverá a encontrarla en el barrio donde también viven sus tíos.
Por curioso que a veces se presentan las cosas. De repente a lo lejos del dicho camino, divisa el joven una silueta de una hermosa muchacha, que para  las circunstancias y la  hora, no son exactamente las adecuadas. Y como de esperarse por parte del muchacho, decide ir tras ella, adelantándose rápidamente, para hacerle compañía a aquella señorita y de paso buscar una amistad con ella.
Solo la penumbra estaba de anfitriona en el lugar, y la luna solo daba algunos guiños a lo lejos. Pero las situaciones eran propicias para él, ya que el camino era largo y es más fácil llegar al destino en compañía .
Guillermo, mientras va hablando con su nueva amiga, trata de verle el rostro, pero en la negra noche, no puede divisar nada.
Raro lo que después ocurre, cuando llegaron los dos a su destino, al paradero de  Mariposa Leiva. Ya que ahí precisamente, todos toma la movilidad para ira a Casa Grande, y en ese lugar también junto está, la carretera Panamericana norte y por ahí pasan los ómnibus que tiene como ruta, el Puerto Malabrigo, hasta la ciudad de Trujillo. En  el caso de Sandra, los dorados que van de ruta y parando en los distintos paraderos del valle Chicama, hasta llegar a la ciudad de Trujillo. Y en el caso de Guillermo, el comité de autos que va a Casa Grande y paran en Mariposa Leiva.
De repente un  ómnibus de la  empresa Dorado se divisa a lo lejos y hace destellar sus faros para ver si hay gente esperando en aquel cruce y sin más, hace su parada ahi. Guillermo ve que  apresuradamente Sandra sube al ómnibus. Como es de esperarse Guillermo trata de hacerle compañía también dentro  del bus, y sube también apresuradamente. Pero, al ver por el corredor y los asientos, se da con la sorpresa que no estaba y como en el ómnibus venía mucha gente, Guillermo piensa en que de repente, en Chocope la ve bajar. Pero fue raro lo que sucedió a continuación.
Sucede después, que al llegar  el ómnibus al anexo de Chocope,  el joven se dio con la sorpresa de que Sandra no bajaba del bus. Se quedó desconcertado al ver  que no bajaba la joven. El muchacho confundido de lo que pudo haber pasado, piensa en lo más lógico y posible. Piensa que a lo mejor Sandra, cambió de idea y fue a Trujillo; ya que el ómnibus que habían abordado, también tiene por destino final, aquella ciudad.
Pasaron muchos días, y Guillermo olvido el acontecimiento  y siguió normal con su vida. Pero  por casualidad del destino, una tarde que iba por el mismo lugar, encuentra por aquel camino, a Luis, quien era el hermano de Sandra, y le habla de su encuentro con aquella muchacha.

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